El año pasado, en Canarias, llovió un 75% menos lo normal lo que provocó que llegáramos a hablar incluso de sequía en alguna de nuestras islas. Esta situación es una consecuencia directa del cambio climático. Si no le ponemos freno, los períodos de sequía serán cada vez más frecuentes y la falta de agua nos afectará directamente.
Afortunadamente, este invierno nos ha dado un respiro ya que ha sido anómalamente lluvioso y ha permitido que se recuperen nuestros embalses. Tenemos agua de riego garantizada para nuestros agricultores y ganaderos.
En ‘1 Hora Menos’ se lo mostramos virtualmente…